En abril se ha revolucionado la actualidad en investigación sobre la diabetes tipo 1 debido al descubrimiento de una molécula capaz de curar la diabetes.
Pido calma, por que la investigación está en fase preclínica y de ahí a que sea efectivo en humanos hay un gran paso (de tiempo y de dinero, más concretamente de 17 millones de euros). Aunque no hay que desanimarse porque es el primer paso para lograr la cura de la enfermedad.
Os cuento un poco más sobre la investigación:
En la diabetes tipo 1 los linfocitos destruyen las células beta del páncreas, encargadas de secretar insulina, creando una dependencia de por vida a la inyección de esta hormona. El nuevo fármaco hace dos cosas: reduce el ataque autoinmune —destrucción de las células beta— y repone la población de células beta destruidas. Hasta ahora, los tratamientos disponibles —inmunosupresores o terapias celulares— solo podían cumplir una de las dos funciones.
La estructura del nuevo compuesto químico (BL001), descubierta por los investigadores que llevan a cabo el proyecto-investigadores de Cabimer, Sevilla-, le permite activar un receptor molecular situado en la superficie de algunas células inmunes y de las células del páncreas. Esta interacción reduce la respuesta inflamatoria y protege a las células beta. Además el fármaco provoca la transformación de células alfa en células beta. Este fenómeno resuelve un problema clave al que se enfrentan las terapias celulares, que es el de regenerar la población de células beta a partir de una muestra inexistente o severamente dañada.
El compuesto patentado es solo uno de varios que ahora se crearán con el fin de identificar los que tengan umbrales más bajos de eficacia y más altos de toxicidad. Aunque a los ratones se les administró la molécula por inyección, el objetivo final es crear una pastilla. Con suerte, un medicamento como este podría crear tolerancia inmunitaria permanente.
La investigación está financiada de forma pública y mediante contribuciones de las asociaciones DiabetesCERO en España y Juvenile Diabetes Research Foundation de Nueva York. Esto nos deja más tranquilos al saber que no hay ningún laboratorio que financie la investigación, aunque queda mucho por hacer….
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