Ha llegado la temporada estival y con ella muchos son los que se proponen realizar una dieta para perder peso lo más rápido posible, optando, la mayoría de las veces, por dietas milagro y sin control alguno. Pero ¿en qué consisten exactamente este tipo de dietas? En este artículo os daré las claves de por qué dichas dietas no son las más indicadas para nuestra salud.

Una dieta milagro se define como toda aquella dieta que propone una pérdida de peso muy rápida y sin fundamento o una curación mágica de cualquier enfermedad. Asimismo, utilizan habitualmente el reclamo de que no se pasa hambre y/o impactantes fotografías del antes y el después.

Entre las dietas milagro podemos encontrar varios tipos:

Dietas basadas en un solo alimento (dieta de la piña, de la alcachofa, etc.). Han sido, sin duda, las más famosas durante años, especialmente en épocas postnavideñas.

Dietas disociadas, las cuales se basan en no mezclar hidratos de carbono con proteínas en la misma comida y en no limitar las cantidades de estas últimas. Este es el caso de la archiconocida dieta Dukan.

Dieta basada en el grupo sanguíneo, muy típica en farmacias pero sin rigor científico alguno.

O, por último, tremendas barbaridades como son los casos de:

La dieta de la orina, que se basa en beber la propia orina expulsada por el organismo.

La dieta de la tenia, consistente en ingerir huevos de dicho parásito. Tras ello, éste se fija al intestino y crece gracias a los alimentos que se ingieren. De este modo, la comida ingerida no es absorbida por el organismo sino que pasa a ser el alimento del mencionado parásito.

La dieta de la malla supralingual, que se basa en coser una malla en la lengua del paciente para evitar que logre ingerir alimentos sólidos.

Llegados a este punto, me gustaría centrarme en dos dietas milagro muy concretas, debido al auge que han experimentado en estos últimos años. Se trata, por un lado, de la ya mencionada dieta disociada y, por otro, de un nuevo tipo de dieta que podríamos catalogar incluso como un estilo de vida, y que no es otro que la dieta paleolítica. A esta última se la conoce comúnmente como dieta paleo y es muy famosa entre los jóvenes que frecuentan los gimnasios.

Las dietas disociadas se caracterizan fundamentalmente por limitar casi al 100% los hidratos de carbono (dependiendo de la fase en la que nos encontremos) y aumentar en exceso la proporción de proteínas en la dieta. En este punto considero de vital importancia aclarar que un consumo excesivo de proteínas puede causar importantes perjuicios, como son: una sobrecarga del organismo, especialmente del hígado y los riñones; cansancio y cefaleas, derivados del exceso de amoniaco; cálculos de riñón, debido a que la proteína animal favorece la eliminación del calcio; o dificultades en la absorción de éste, que pueden derivar en una descalcificación.

Asimismo, hay que tener en cuenta que una dieta hiperproteica irá de la mano de un bajo consumo de frutas y verduras así como de un alto consumo de grasas saturadas (grasas no saludables) provenientes de las carnes. Hábitos alimenticios todos ellos que, de ser mantenidos en el tiempo, traeránconsigo otros tantos perjuicios.

Por último, quisiera dar mi opinión sobre la dieta paleo, que consiste en comer únicamente aquellos alimentos que estaban disponibles en la edad Paleolítica, por lo que no se ingiere ningún alimento procesado, cereales, etc.


Como profesional no la recomendaría, en primer lugar porque es una dieta difícil de llevar en un contexto, como el nuestro, en el que predomina la dieta mediterránea y saludable. ¿Por qué debemos prohibir alimentos tan comunes en nuestra gastronomía como un desayuno con tostada, una tortilla de patatas o una rica paella? Y en segundo lugar porque, al eliminar los hidratos de carbono, se generan efectos negativos tales como el temido efecto rebote y una importante falta de nutrientes.

Como habréis podido deducir, esta dieta es una versión actualizada de la dieta disociada y, claramente, ambas tienen más perjuicios que beneficios.

Si quieres perder peso ponte en manos de un profesional y no dejes que jueguen con tu salud. No existen pócimas mágicas. Perder peso es un trabajo arduo y constante, pero agradecerás perderlo y no recuperarlo debido al efecto rebote de las dietas milagro. Y recuerda, una dieta sana debe contener hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables. Si te venden una dieta que suprima cualquiera de estos grupos, desconfía de ella.