Se termina la cuesta de enero y con ello muchos quieren invertir su dinero en cambio de hábitos. Hoy quiero daros algunas claves para que si aún no habéis dado este paso, pero lo estéis pensando, optéis por un opción adecuado, ya que si no es así esto podrá afectar negativamente a tu salud. ¿Qué debemos tener en cuenta?:
- Aunque parezca evidente lo primero es asegurarnos si el profesional al que vamos es o no dietista-nutricionista. Tenemos dos formas de hacerlo:
- Pedir el título académico al profesional (diplomatura, grado o técnico en nutrición humana y dietética)
- Visita la web del colegio de dietsitas-nutricionistas de tu comunidad autónoma. En el caso de Andalucía esta es la dirección de nuestro colegio, donde podrás ver el listado de todos los colegiados. También cada colegiado dispone de un carnet que le identifica con su número de colegiado.
http://codinan.org/colegio/listado-de-colegiados/
Ten cuidado con los términos “coach nutricional”, “asesor en alimentación”… normalmente estos términos los usan personas no formadas adecuadamente en nutrición para enmascarar que no son dietistas-nutricionsitas. Son usados normalmente por marcas como Herbalife, Nature House…
Con esto no quiero decir que ser coach nutricional sea algo malo, todo lo contrario. El trabajo de coaching es fundamental en consulta, pero estar formado en coaching no es sinónimo de ser dietista-nutricionista. En Ceres nutrición usamos técnicas de coaching para ayudar a nuestros pacientes.
- Aseguraros de que el dietista-nutricionista se enfoca en tu salud. Parece una tontería, ¿pero cuantas veces hemos visto reclamos de pierde 3 kg en una semana? Ahí priman otros objetivos y desde luego nada relacionados con la salud.
- Es importante prestar atención a los “vende humos”. Aunque se tenga título de dietista-nutricionsita puede ser que su forma de trabajar no sea muy ética. Si te venden productos y la consulta está, sobre todo, enfocada a esto sal de ahí pitando y no vuelvas más. Estos productos NO FUNCIONAN a largo plazo.
- Huye del término “dieta”. Un buen profesional te ayudará a cambiar tus hábitos, te enseñará a confeccionar un menú adecuado a ti y no solo te dará un papel para que lo hagas X tiempo y cuando llegues al objetivo te “abandone” en el proceso y no sepas que hacer y vuelvas a tus hábito anteriores. Mi lema es: no es dieta, es hábitos de vida saludable.
- Un buen profesional se apoya en compañeros de profesión y sabe cuándo derivar. En Ceres Nutrición trabajamos en equipo. Trabajamos con psicólogos para obtener un mejor resultado.
- Si acudes a un supuesto dietista-nutricionista y solo te calcula el peso para ver tu evolución es que algo está fallando. La evolución se mide con muchos otros parámetros como el volumen, la grasa corporal… o incluso medidas menos físicas como el estado de ánimo, la agilidad corporal, la menor ansiedad por la comida…
- El tiempo es importante en consulta. Hay que saber escuchar al paciente y no solo limitarnos a pesar, reñir y dar un nuevo papel. El dietista-nutricionista es tu principal aliado en este proceso. Estamos para escucharte y ayudarte y esto se merece un tiempo de dedicación mínimo. Dependiendo del paciente se precisará más o menos tiempo, por ello en nuestra consulta siempre dejamos hueco entre paciente y paciente porque no podemos asegurar el tiempo exacto de dedicación.
- El buen dietista-nutricionista que ama su trabajo va más allá de la consulta. Te ofrece material complementario, contenido público en redes, página web… y está disponible (en horario comercial; también tenemos vida jajaja) para resolver todas tus dudas.
- Asegúrate de que el profesional al que vas se mantiene reciclado en materia nutricional. La ciencia evoluciona y la nutrición es una ciencia en sí que como tal cambia año tras año.
- Y recuerda, un médico, un enfermero, un psicólogo, un farmacéutico… no son profesionales capacitados para realizar intervenciones nutricionales. El único profesional de la nutrición es el dietsita-nutricionista. No lo digo yo, lo dice la ley de ordenación de profesiones sanitarias.
Os pongo el ejemplo al contrario. Yo, como dietista-nutricionista, por estar formada en nutrición infantil no soy pediatra. Ni por estar formada en psiconutrición o coaching soy psicóloga.
Espero que todas estas reflexiones os ayuden a ser más críticos a la hora de poner vuestra salud en manos de un profesional.
¡Feliz fin de semana!